Tíbet, el techo del mundo, es una región maravillosa, pero ocupada por China desde 1950. Hasta el día de hoy, aún notas varias complicaciones ambos para los turistas como para los tibetanos. Aunque las cosas están cambiando, todavía hay muchas restricciones para visitar Tíbet. Hoy en día puedes viajar tanto en grupos grandes como pequeños, incluso grupos de hasta 2 personas. Sin embargo, para ingresar a Tíbet, necesitas un permiso de viaje, que es más fácil de reservar a través de la guía turística con la que viajarás. Un viaje al Tíbet es un poco más complicado que para otros países, pero definitivamente valdrá la pena.
Aunque es posible visitar el Tíbet con un compañero de viaje, casi no se trata de mochilear. Comparable a un país como Bután, serás acompañado por un guía. A diferencia de un grupo grande, tendrás más influencia sobre la ruta si viajas con un grupo de dos personas. Así podrás decidir dónde quieres detenerte para tomar una foto o simplemente para disfrutar de la vista. Ten en cuenta que viajar con dos personas es mucho más caro que con 15 personas, pero obtienes más a cambio. En cualquier caso, un viaje al Tíbet es bastante caro. Si organizas todo lo más barato posible, aún te costará al menos 500 euros por una semana.
Lhasa es la capital del Tíbet y, probablemente, el punto culminante de tu viaje por esta región. Hay varios templos, palacios y otros lugares de interés que puedes visitar y casi todos son igual de interesantes. Sin embargo, la cultura y las costumbres tibetanas es lo que hace que tu estadía en Lhasa sea tan divertida. En Lhasa también es permitido caminar sin guía.
Volar al Tíbet y viajar por tu cuenta desafortunadamente no es una opción. La mejor y más económica forma de visitar Tíbet es desde Chengdu, en China. En diferentes hoteles, hostales y otras compañías puedes organizar tu permiso y tu viaje a través de Tíbet. A menudo hay un período de espera de unos días antes de que todo esté arreglado. Además, el viaje en tren desde Chengdu a Lhasa es uno que nunca olvidarás, un viaje hermoso y el viaje en tren más largo del mundo. El permiso está hecho a tu nombre y tiene una fecha fija de llegada y salida. Debes llevarlo contigo en todo momento y lo necesitarás, por ejemplo, para registrarte en un hotel y en el aeropuerto. Sin embargo, no menciones que deseas visitar Tíbet durante tu solicitud de visa para China, ya que esto podría causar complicaciones. Si no quieres viajar a China, no te preocupes. Desde Katmandú, tu viaje a Tíbet también se organiza fácilmente y no tendrás que preocuparte por una visa china.
A unos 100 kilómetros de Lhasa se encuentra uno de los tres lagos sagrados más grandes del Tíbet. Según la leyenda tibetana, el lago habría sido hecho por una diosa. Por lo tanto, la natación está prohibida. Es un buen viaje de un día y está en el camino hacia el Monte Everest. Si tienes suerte, verás a un lugareño con un inmenso mastín tibetano.
No es necesario organizar un alojamiento económico en Tíbet porque está incluida en el tour.
